Caracas, Avenida Fuerzas Armadas.
Cerca de la medianoche
Una amiga y yo conversamos. De repente empiezan a sonar tiros y más tiros, se oye gente correr. Debe ser por la esquina a cincuenta metros de aquí. Siguen los tiros. Alguien grita: “¡asesinos! ¡Asesinos!.Siguen los tiros más gente correr. No son fuegos artificiales, no son balas de salva. Se oye gente caer. Nuevamente el grito de asesinos, suena tímidas cacerolas y pitos, signo de protesta inequívoca de la oposición. No lo gro ver nada. Estoy en un edificio desde el que no puedo ver pero si oír.. No es la violencia común de una ciudad violenta siguen los tiros, siguen lso gritos, la cacerolas. Es pasada la media noche, alguien pide ayuda. Gritando de nuevo ¡asesinos! ¡Asesinos! Se oye gente correr y un pasmoso silencio. Los carros circulan de nuevo. Ya no oigo voces, ni gritos. Todo ha desaparecido. La gente ha desaparecido. El silencio ha tomado su lugar.
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